La Costa Blanca de Alicante se destaca por sus impresionantes playas, entre las que resalta la Cala del Racó del Conill, un rincón de tranquilas aguas turquesas rodeado de acantilados y pinares. Este enclave, que se traduce como ‘rincón del conejo’, ofrece un ambiente ideal tanto para quienes buscan relajarse como para los amantes del naturismo. A tan solo 40 minutos en coche de la ciudad de Alicante, esta cala se convierte en una escapada perfecta para los veraneantes, alejados de las multitudes que suelen abarrotar las playas más populares.
Villajoyosa, el encantador pueblo cercano, complementa la experiencia con su rico patrimonio cultural y un paseo marítimo llenos de coloridas casas. La Cala del Racó del Conill, con una longitud de 160 metros y dividida por una lengua rocosa, promete momentos de tranquilidad y exploración, especialmente para los entusiastas del snorkel, que podrán sorprenderse con la biodiversidad de sus fondos marinos. Con un acceso relativamente sencillo, este pequeño paraíso es un destino perfecto para disfrutar de la naturaleza sin las interrupciones de la urbanización.
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