Las subidas constantes en la factura de la luz han llevado a muchos a buscar formas de ahorrar en el hogar, y pequeños gestos pueden marcar una gran diferencia en estos tiempos de incertidumbre económica. Un consejo práctico que expertos recomiendan es dejar la puerta de la lavadora abierta una vez finalizado el lavado. Este simple acto evita la acumulación de humedad en el tambor y las gomas, lo que no solo previene problemas de higiene, como la proliferación de moho y bacterias, sino que también puede reducir el consumo energético del aparato entre un 10 y un 15%. En términos monetarios, esto podría significar un ahorro de entre 80 y 120 euros al año.
Además de mejorar la eficiencia energética, la ventilación adecuada del electrodoméstico puede prevenir costosas reparaciones. La humedad puede causar malos olores y concentraciones de moho, lo que conlleva el deterioro de piezas vitales como las juntas de goma y el tambor. Cambiar estos componentes puede resultar costoso, superando los 100 euros en algunos casos. Por lo tanto, los especialistas sugieren que, además de mantener la puerta abierta, es fundamental limpiar el filtro de la lavadora cada dos meses y realizar lavados de mantenimiento con vinagre cada cuatro semanas para prolongar la vida útil del electrodoméstico.
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