El transporte público de Madrid, conocido por su extensa red de metro y su flota de autobuses, ha experimentado una evolución cromática que refleja el contexto histórico y social de la ciudad. Desde la fundación de la Empresa Municipal de Transportes (EMT) en 1947, los autobuses comenzaron con un azul oscuro heredado de la Sociedad Madrileña de Tranvías, que simbolizaba sobriedad y elegancia. Sin embargo, las décadas siguientes vieron un abanico de colores que cumplían roles específicos: autobuses amarillos para las rutas al aeropuerto y tonos rojos y grises para otras líneas. En los años 80, el rojo se consolidó como el color corporativo, una decisión que buscaba armonizar la imagen del transporte público en Madrid.
El regreso al azul comenzó en los años 90 con la introducción de autobuses propulsados por gas natural como un gesto hacia la sostenibilidad. El tono se aclaró a un celeste que, para 2008, con Alberto Ruiz Gallardón al frente del Ayuntamiento, se estableció como el color oficial de la flota de la EMT. Este proceso culminó en 2015, convirtiendo el azul Pantone 286C en un símbolo de modernidad y compromiso ambiental. Actualmente, la flota se distingue no solo por este distintivo color, sino también por su innovación tecnológica con la incorporación de vehículos híbridos y eléctricos, reafirmando así el compromiso de Madrid con la sostenibilidad y la reducción de emisiones contaminantes.
Leer noticia completa en OK Diario.