El aloe vera se ha consolidado como uno de los ingredientes más destacados en el mundo de la cosmética y el cuidado personal debido a sus diversas propiedades beneficiosas para la piel. Investigaciones, como la realizada por la doctora Tatiana Yebra en la Universidad de Alcalá de Henares, han resaltado sus efectos antioxidantes, rejuvenecedores y blanqueantes. Estos estudios respaldan el uso del aloe vera no solo en productos cosméticos, sino también en tratamientos farmacológicos para enfermedades de la piel. Sus capacidades antiinflamatorias, antisépticas y su contribución a la rápida cicatrización han sido ampliamente documentadas, destacando su papel en la reconstrucción del tejido epitelial y limpieza de poros. Estas características han llevado a muchas personas a incluir productos que contienen aloe vera en su rutina diaria de cuidado de la piel, aprovechando su alto contenido de colágeno y elastina para mejorar la elasticidad y firmeza.
Además de los productos comerciales, el aloe vera también es una opción accesible para la preparación casera de cremas hidratantes. Siguiendo los pasos de expertos en biomedicina, se pueden elaborar geles y ungüentos completamente naturales y veganos a partir de las hojas de esta planta. Este gel casero debe conservarse en la nevera por no más de una semana, para maximizar sus efectos calmantes. A menudo, se le agrega aceite de coco o cápsulas de vitamina E para potenciar su hidratación y propiedades antioxidantes. La aplicación recomendada es de dos a tres días por semana, especialmente por la noche, permitiendo que el gel actúe en la piel por al menos 20 minutos o incluso durante toda la noche para una hidratación más profunda. Estas prácticas no solo brindan un cuidado eficaz, sino que también representan una alternativa económica y natural para el cuidado personal.
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