El sistema de alumbrado y señalización de los vehículos es crucial para la seguridad en la conducción, especialmente en situaciones de baja visibilidad o condiciones climáticas adversas. En España, la importancia de un correcto funcionamiento de este sistema es tal que un fallo en las luces puede ser motivo suficiente para no superar la Inspección Técnica de Vehículos (ITV). Según el Manual de Procedimientos de Inspección, problemas como una luz fundida, bombillas flojas o luces no homologadas pueden afectar el resultado de la inspección. Un mantenimiento adecuado no solo implica el reemplazo de piezas defectuosas, sino también una limpieza regular de las mismas.
Existen métodos caseros económicos para mantener los faros en buen estado. Un truco popular es el uso de limón y bicarbonato para limpiar los faros que se han vuelto opacos con el tiempo y la exposición al sol. Se ha demostrado que este método puede ser sorprendentemente eficaz: basta con frotar medio limón con bicarbonato sobre el faro previamente limpio, dejar actuar, y luego retirar los restos con un paño húmedo. Aunque sencillo, es importante realizarlo con cuidado para evitar dañar la superficie. Esta alternativa no solo es económica sino que puede ser realizada con productos comunes en el hogar, como el vinagre, cuando el limón no esté disponible, gracias a sus propiedades ácidas similares.
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