En el corazón de Barcelona, en el barrio del Congrés i els Indians, un pequeño obrador se ha consolidado como el epicentro del mejor panetone del mundo. Tonatiuh Cortés, el panadero detrás de Suca’l, dedica largas horas a la elaboración de este exquisito dulce italiano, un proceso minucioso que comienza con la selección de ingredientes de alta calidad, como la mantequilla francesa Elle & Vire y naranjas confitadas italianas. Desde que Suca’l se alzó con la Copa del Mundo de Panettone en la categoría tradicional, la demanda de sus productos se ha disparado, y el obrador ahora produce 400 unidades diarias, manteniendo siempre un equilibrio cuidadosamente gestionado entre tradición y creatividad.
El compromiso de Cortés con la calidad y la autenticidad es evidente en cada paso de su meticuloso proceso de producción, que se extiende a lo largo de dos días y medio. A pesar de no seguir una formación en panadería desde el principio—Cortés estudió música—ha logrado conquistar tanto el mundo del panetone como a un público que valora su enfoque artesanal y la pureza de su producto sin conservantes. Con una masa madre cuidada a lo largo del año, Cortés sigue el método milanés para asegurar la mínima acidez y un sabor óptimo en sus panetones. El éxito obtenido en el campeonato internacional representa no solo un triunfo personal, sino también un reconocimiento a la creciente capacidad de España para competir en el arte de la panadería fina, un sector que ha empezado a valorarse y expandirse.
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