La segunda temporada de «La chica de nieve» ha logrado un notable éxito en Netflix, posicionándose como una de las series más vistas a nivel mundial. En esta entrega, la protagonista Miren Rojo, interpretada por Milena Smit, enfrenta un perturbador doble homicidio. Entre los retornos destacables figuran los personajes de los inspectores Belén Millán y Chaparro, además del amigo y mentor de Miren, Eduardo, interpretado por Jose Coronado. Su inesperada y breve aparición culmina en una sorpresiva muerte, disparando un giro narrativo que deja a los espectadores con muchas preguntas sobre su desenlace. La serie, que adapta la trilogía de Javier Castillo trasladando su escenario de Nueva York a Málaga, modifica significativamente los personajes y sus conexiones, incluyendo la partición del personaje literario Jim Schmoer en dos figuras diferentes.
En esta nueva temporada, la desaparición de Eduardo favorece un profundo viaje emocional para Miren, quien queda aislada y enfrenta sus propios demonios. La producción se esforzó en profundizar en sus heridas y traumas, justificando la desaparición de Eduardo debido a la apretada agenda de Coronado. La trama se densifica cuando Nacho, otro personaje, revela que la muerte de Eduardo fue fruto de una manipulación médica, desatando una sobredosis de insulina. En el desenlace, Miren logra superar el atentado contra su vida y desaparece, lo que sugiere un proceso de recuperación. La potencial adaptación de «La grieta del silencio», último libro de la trilogía de Castillo, deberá abordar las secuelas de su desaparición y el posible vínculo entre Miren y su nuevo compañero, Jaime Bernal.
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