El efecto ‘afterburn’ es un fenómeno que ha ganado atención en el ámbito del fitness por su capacidad de extender el gasto energético hasta 24 horas después de concluir una sesión de ejercicio. Este efecto se logra a través de entrenamientos de alta intensidad que elevan la tasa metabólica incluso en estado de reposo, lo que significa que el cuerpo sigue quemando calorías mucho después de haber finalizado la actividad física. Investigaciones señalan que al incorporar rutinas de ejercicios intensos y variados, se optimiza este proceso metabólico, lo cual es especialmente beneficioso para aquellos que buscan bajar de peso o mejorar su composición corporal de manera eficiente.
Especialistas en acondicionamiento físico recomiendan adaptar este tipo de entrenamientos a las capacidades individuales, alternando entre periodos de esfuerzo máximo y pausas adecuadas para evitar lesiones. El ‘afterburn’ no solo contribuye a un mayor gasto calórico, sino que también puede mejorar la resistencia cardiovascular y la fuerza muscular si se realiza de forma constante. No obstante, es crucial contar con una orientación profesional para maximizar sus beneficios y asegurar que cada sesión sea tanto desafiante como segura, promoviendo hábitos de ejercicio sostenibles a largo plazo. Esta metodología se presenta como una opción efectiva para quienes buscan optimizar su tiempo y esfuerzo en el gimnasio, aprovechando al máximo cada minuto dedicado al ejercicio.
Leer noticia completa en El Mundo.