A partir de los 40 años, la práctica de ejercicios físicos se vuelve crucial para mantener la salud y el bienestar general. Aunque el pilates y el running son disciplinas populares entre aquellos que buscan mantenerse en forma, no son suficientes por sí solas para abordar ciertos aspectos importantes del envejecimiento, como la quema de grasa y el mejoramiento del equilibrio. A esta edad, donde el cuerpo comienza a experimentar cambios significativos, es fundamental complementar estas actividades con ejercicios que ofrezcan beneficios adicionales como el fortalecimiento del núcleo y la estabilización del cuerpo.
Un ejercicio recomendado para quienes han superado la barrera de los 40 es el entrenamiento de fuerza. Este tipo de actividad no solo contribuye a la pérdida de grasa, sino que también mejora significativamente el equilibrio y previene caídas, un riesgo creciente con el paso de los años. Incluir levantamiento de pesas o el uso de bandas de resistencia en la rutina semanal puede marcar una gran diferencia en la salud física. Además, el entrenamiento de fuerza es eficaz para mantener la masa muscular, que tiende a disminuir con la edad, y también para fortalecer los huesos, reduciendo el riesgo de osteoporosis.
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