El sedentarismo se ha convertido en un desafío perenne en la vida moderna, especialmente para las mujeres que lidian con múltiples responsabilidades diarias. La tendencia es posponer cualquier actividad física bajo la falsa creencia de que se necesita dedicar horas al gimnasio para estar en forma. Sin embargo, expertos como Dan Buettner, conocido por sus investigaciones sobre las «zonas azules» del mundo, apuntan a que no es necesario realizar entrenamientos exhaustivos para mejorar la salud. Según Buettner, caminar, una actividad simple e integrable en la vida diaria, es clave para una longevidad saludable. En las zonas azules, donde las personas suelen vivir más de 100 años, caminar forma parte natural y cotidiana de la rutina, contribuyendo de manera significativa al bienestar general sin las presiones asociadas a regímenes de ejercicio intensivo.
Aunque caminar es un ejercicio accesible y efectivo que Buettner promueve como el mejor para la longevidad, sólo esta actividad puede resultar insuficiente en estilos de vida mayormente sedentarios. Para alcanzar un bienestar completo, es vital complementar las caminatas con ejercicios que estimulen los músculos y fortalezcan el cuerpo, como yoga o actividades de gimnasio. Integrar pequeños gestos diarios, como subir escaleras o ir caminando a lugares cercanos, es fundamental para mantenerse activo y saludable. La clave está en adoptar un enfoque holístico hacia la actividad física, uno que no sólo respalde la salud cardiovascular sino que también mantenga las capacidades funcionales a lo largo del tiempo.
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