El sendero que discurre en paralelo a la Vía Verde del Tajuña atraviesa una serie de pintorescos municipios de la Comunidad de Madrid y Castilla-La Mancha, ofreciendo a los caminantes una ruta rica en cultura, historia y gastronomía. Partiendo de Rivas-Vaciamadrid y llegando a las localidades conquenses de Barajas de Melo, Huelves y Uclés, esta travesía se ha convertido en una opción atrayente para los amantes del senderismo y la aventura.
Este camino está señalizado con flechas rojas de la cruz de Santiago, un guiño a su conexión con las rutas históricas de peregrinación. El Ejecutivo regional ha diseñado este sendero no solo como una oportunidad para el ejercicio y el esparcimiento, sino también como una puerta abierta para descubrir la riqueza cultural y patrimonial del sureste madrileño. A lo largo del recorrido, los visitantes pueden explorar bodegas y almazaras, indagar en museos como el de la Casa y Escuela Rural y la Casa-Cueva en Tielmes, e incluso disfrutar de la playa de Estremera, bañada por las aguas del río Tajo.
Al igual que en el célebre Camino de Santiago, los peregrinos de la ruta uclesiana pueden obtener una credencial. Esta es facilitada por la Asociación Amigos del Camino de Uclés y se puede ir sellando en las diferentes etapas del trayecto. El precio para adquirir dicha credencial es de cuatro euros, una cantidad destinada a la preservación y mantenimiento de la señalización de la ruta.
La historia de este sendero se remonta a la época de dominio musulmán en la península ibérica, cuando se construyó una fortaleza en una colina elevada de Uclés. Tras la conquista cristiana liderada por el rey Alfonso VII, el enclave fue cedido a la Orden de Santiago y, aunque la ruta cayó en el olvido durante siglos, fue recuperada definitivamente en 2010.
Hoy en día, esta ruta no solo es un viaje a través del tiempo, sino también una celebración de la cultura y la naturaleza del sureste español, consolidándose como un destino imprescindible para los peregrinos modernos.