La diferencia en el bienestar físico y mental entre personas de 70 años en plena forma y otras de 30 con achaques puede estar influenciada por el entorno y hábitos de vida, según sostiene una divulgadora científica con un máster en neurociencia. Esta experta destaca que conservar la vitalidad pasa por generar entornos favorables que promuevan una salud integral. Factores como una alimentación equilibrada, el ejercicio regular y la gestión del estrés juegan un papel crítico en el mantenimiento de una buena salud a lo largo de las décadas.
Además, señala que la salud mental es tan importante como la física, sugiriendo prácticas como la meditación, el fortalecimiento de las relaciones sociales y la actitud positiva como elementos esenciales. La clave radica en la constancia y en adoptar un enfoque holístico que integre cuerpo y mente para envejecer con vitalidad. Esta perspectiva desafía la percepción común de que el envejecimiento está inexorablemente ligado a la decadencia física y mental.
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