En la Galicia medieval, las construcciones conocidas como «alvarizas» eran esenciales para proteger los apiarios de los osos que, atraídos por la miel, podían causar estragos. Estas estructuras, caracterizadas por sus robustos muros de piedra de hasta dos metros de altura, eran el refugio perfecto para las abejas y se ubicaban en lugares difíciles de acceder, creando cinturones de protección alrededor de las colmenas. Estas edificaciones no solo garantizaban la producción de miel, la única fuente de edulcorante de la época, sino que también proporcionaban cera para velas, un bien altamente valorado por la Iglesia y la sociedad medieval.
El Proyecto Aluariça busca revitalizar este patrimonio olvidado y poner en valor tanto las antiguas técnicas de apicultura como la singularidad de la miel que se produce en estas «alvarizas». Actualmente, el proyecto gestiona quince de estas estructuras en Galicia, con la intención de preservarlas y promoverlas como parte de la historia local. La producción de miel, que varía entre 300 y 400 kilos anuales, incluye variedades que reflejan la biodiversidad de la región, desde miel de eucalipto en la costa hasta mieles más oscuras de brezo en las montañas. Este esfuerzo no solo busca preservar un legado histórico, sino apoyar a los apicultores que mantienen vivas estas tradiciones.
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