En las últimas semanas, las ceremonias de premios como los Grammy, los Golden Globes y los Goya han puesto en evidencia el fenómeno de las «estrellas», llevándonos a reflexionar sobre su verdadera esencia. Aunque muchas figuras del cine, la música y otras áreas del espectáculo brillan en estas ocasiones, la pregunta sobre la autenticidad y permanencia de las «estrellas» en la industria sigue siendo relevante. Actrices como Emma Vilarasau y figuras contemporáneas como la influencer Juliana Canet destacan en eventos locales como los Premios Gaudí, mostrando que el «star-system» evoluciona constantemente. Incluso Harrison Ford, un veterano de Hollywood, cuestiona el concepto de estrella, sugiriendo que lo más importante es el talento y no la imagen pública. En el marco del cine catalán, se ha debatido el rol del glamur, al que Vilarasau ya calificó como una operación de marketing más que una expresión artística genuina.
En Cataluña, el paisaje del «star-system» es dinámico y parece estar en constante tensión entre las viejas y nuevas formas de capturar la atención del público. TV3 y la plataforma 3Cat han jugado un papel crucial al formar un espacio en el que tanto actores emergentes como influencers intentan posicionarse como nuevas figuras públicas. Sin embargo, este ecosistema enfrenta desafíos, ya que la influencia de la televisión tradicional ha disminuido frente a las nuevas plataformas digitales. La aparición de programas como «Eufòria» y «La travessa» ejemplifica cómo la música y la televisión se fusionan para conectar con las audiencias jóvenes, introduciendo nuevos talentos al panorama cultural. En este proceso de adaptación, se cuestionan los valores de autenticidad y representación, contrastando las propuestas locales con el atractivo de los gigantes del streaming. Es un momento de transición donde el marketing y la cultura chocan, redefiniendo qué significa ser una estrella en un mundo cada vez más digitalizado.
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