Netflix, en su evolución desde la extravagancia de las superproducciones estilo blockbuster, ha reajustado su enfoque estratégico para alinearse con las tendencias de consumo de su audiencia, influenciada fuertemente por su algoritmo. En este contexto renovado, se inscribe su reciente éxito «Día Cero», un thriller político que aborda las intrigas y conflictos gubernamentales contemporáneos. La serie, concebida por Eric Newman, Noah Oppenheim y Michael Schmidt, brilla con la actuación estelar de Robert De Niro, quien interpreta a George Mullen, un expresidente de Estados Unidos encargado de liderar un comité tras un devastador ciberataque. «Día Cero», una miniserie de seis episodios, se convierte así en un relato intrigante y relevante, que capta la efervescente atmósfera de incertidumbre política actual.
El dilema central de la serie gira en torno al origen del ataque, exponiendo una red de traiciones que resuena con los miedos y ansiedades del presente. A través de un elenco impresionante que incluye figuras como Jesse Plemons, Lizzy Caplan y Angela Bassett, «Día Cero» construye un entramado narrativo donde la conspiración se extiende hasta los más altos niveles de poder, revelando que la amenaza no proviene de fuera, sino desde el corazón mismo de la política estadounidense. En su clímax, Mullen, enfrentado a un dilema ético profundo que involucra a su hija, opta por la verdad, exponiendo a los conspiradores en un acto de valentía que desafía tanto sus lealtades personales como sus responsabilidades como líder. Esta decisión valiente marca el desenlace de una trama que no sólo entretiene, sino que también invita a reflexionar sobre la fragilidad de la democracia en un mundo lleno de desinformación.
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