En el actual paisaje tecnológico, la interacción entre los consumidores y la inteligencia artificial (IA) ha alcanzado un punto crucial. Un reciente estudio ha revelado un cambio significativo en la percepción pública sobre las herramientas de IA, destacando su impacto emocional más allá de la funcionalidad.
La investigación, que encuestó a mil jóvenes estadounidenses entre 13 y 34 años, muestra que la abundancia de información disponible está sobrecargando la capacidad de decisión. En este contexto, la IA se posiciona como una solución clave, aliviando la carga mental y generando emociones positivas. Un 84% de los participantes expresó sentir alivio y confianza después de usar estas herramientas.
Destaca especialmente la llamada Generación AI, jóvenes nacidos entre 1995 y 2012, que han crecido rodeados de tecnología intuitiva. Este grupo es un 16% más proclive a utilizar IA no solo para obtener respuestas, sino también para mitigar la ansiedad e indecisión diarias que enfrentan.
El estudio subraya las presiones psicológicas que afectan a la juventud, con un 72% de los encuestados de 18 a 34 años identificando la salud mental como una preocupación. La IA ofrece una vía para reducir esta ansiedad, convirtiendo la incertidumbre en acción con aplicaciones que van desde decisiones financieras hasta opciones de entretenimiento.
Los usuarios de IA tienden a verse a sí mismos de manera positiva, describiéndose como «ambiciosos», «decisivos» y «resolutivos», lo que sugiere un impacto beneficioso en su autopercepción. A pesar de esto, solo el 15% confía plenamente en la IA para tomar decisiones importantes, aunque el 66% mantiene una perspectiva optimista sobre su potencial.
Este estudio destaca una relación compleja entre la juventud y la IA, utilizándola reflexivamente para tomar decisiones de forma más segura y redefinir su autoconfianza en un entorno saturado de información.