Las tensiones entre el Instituto Cervantes y la Real Academia Española (RAE) se hicieron evidentes tras unas agrias declaraciones de Luis García Montero, director del Cervantes, dirigidas a Santiago Muñoz Machado, su homólogo en la RAE. En un foro en Madrid, García Montero criticó la ocupación privada de Muñoz Machado y dejó entrever la falta de sintonía personal y profesional entre ambos, lo que podría afectar la colaboración entre estas instituciones claves para la promoción y preservación del idioma español, que cuenta con más de 500 millones de hablantes nativos. La RAE, por su parte, respondió enérgicamente, calificando los comentarios de García Montero de desafortunados y ofensivos, en un momento crítico previo al Congreso Internacional de la Lengua Española que se celebrará en Arequipa, Perú.
Este enfrentamiento no es nuevo y tiene raíces en discrepancias anteriores, como las ocurridas en congresos pasados y en asuntos socialmente relevantes como el uso del lenguaje inclusivo. Mientras que García Montero promueve una visión más abierta hacia la diversidad lingüística, Muñoz Machado y la RAE mantienen una postura más conservadora. A esta falta de sintonía se suman sus diferentes ideologías políticas y enfoques administrativos, siendo García Montero de tendencia comunista y Muñoz Machado con un perfil más técnico y empresarial. La próxima reunión en Arequipa presentará una oportunidad para evaluar si ambos líderes logran superar sus diferencias o las tensiones continúan afectando su colaboración.
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