El paso de la borrasca Boris por Europa central ha provocado devastación y pérdidas humanas este fin de semana, con lluvias torrenciales que causaron al menos siete fallecidos en Rumania, Polonia y Austria. En Rumania, la provincia de Galati fue gravemente afectada, registrando cinco víctimas mortales y dos desaparecidos. El primer ministro rumano, Marcel Ciolacu, aseguró que, aunque persiste la tensión, la situación está gradualmente bajo control. El gobierno ha activado un centro de mando en Bucarest y un comité de emergencia para coordinar las labores de rescate, mientras el ejército se prepara para intervenir una vez que el nivel del agua disminuya. La destrucción se ha extendido a miles de viviendas, dejando a decenas de miles de personas sin electricidad y forzando al menos 320 evacuaciones en varios condados.
En Polonia, las lluvias más intensas en décadas afectaron gravemente al condado de Klodzko, donde una persona falleció y 1.600 fueron evacuadas. El primer ministro Donald Tusk destacó la criticidad de la situación y señaló que el acceso a varias localidades estaba prácticamente interrumpido. Las inundaciones superaron récords históricos, afectando significativamente la infraestructura. Austria también padeció los estragos del temporal, con una muerte de un bombero en la región de Baja Austria, además de graves inundaciones que obligaron al corte de carreteras y servicios ferroviarios. En la República Checa, más de 260.000 hogares quedaron sin electricidad, y las autoridades evacuaron a algunos residentes debido a inundaciones, mientras buscan a tres desaparecidos cerca de Lipova Lazne. Otras naciones como Moldavia y Eslovaquia también enfrentan los efectos de Boris, que ha dejado una estela de destrucción por todo el continente.
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