Las autoridades españolas han desmantelado un grupo extremista que operaba en Cataluña y que, junto con un colaborador arrestado en Italia, se dedicaba a difundir propaganda violenta a través de diversas plataformas. La investigación reveló que los integrantes de esta célula daban instrucciones explícitas para llevar a cabo asesinatos y decapitaciones, poniendo en alerta a las fuerzas de seguridad de ambos países. La operación fue coordinada entre los cuerpos de inteligencia de España e Italia, quienes monitorizaron las actividades del grupo durante varios meses antes de realizar las detenciones. Según las fuentes policiales, el detenido en Italia jugaba un papel clave en la difusión de estos mensajes extremistas, conectando la ideología del grupo español con redes más amplias de radicalización en Europa.
Los informes indican que este grupo empleaba las redes sociales para reclutar y radicalizar a individuos, incitando a los adeptos a cometer actos violentos en nombre de su causa. La intervención de las autoridades fue crucial para prevenir potenciales ataques que pudieron haber puesto en riesgo la seguridad de la población. Los detenidos, cuyas identidades no han sido reveladas, enfrentarán cargos por terrorismo y apología de la violencia. La colaboración internacional desempeñó un papel esencial en esta operación, lo que pone de manifiesto la importancia de una cooperación sólida y efectiva entre países para combatir el extremismo violento en el continente. La operación continua, con las autoridades investigando el alcance total de la red y posibles vínculos con otros grupos extremistas en Europa.
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