La Guardia Civil llevó a cabo un desalojo el miércoles de un vuelo de Vueling que estaba a punto de despegar desde el aeropuerto de Valencia hacia París. Un grupo de unas 50 personas, en su mayoría menores judíos franceses que regresaban de un campamento, fue retirado del avión después de que, según la tripulación, adoptaran una conducta «altamente conflictiva» que comprometía la seguridad del vuelo. Vueling argumentó que los menores manipularon material de emergencia e interrumpieron los procedimientos de seguridad, no obedeciendo las instrucciones del personal a bordo. La tripulación solicitó la intervención de las autoridades debido al comportamiento persistente del grupo, lo que culminó en el desembarque y la detención de uno de los responsables por conducta violenta.
El incidente ha desatado reacciones de diversas instituciones, incluyendo a la Federación de Comunidades Judías de España (FCJE), que expresó preocupación por las acusaciones de antisemitismo planteadas por algunos medios israelíes y el ministro de la Diáspora israelí, Amichai Chikli. Chikli denunció el episodio como uno de los incidentes antisemitas más graves, señalando alegaciones de que la tripulación insultó a Israel. La FCJE ha solicitado a Vueling explicaciones claras y pruebas sobre lo ocurrido, subrayando la necesidad de respetar la dignidad de todos los pasajeros. A pesar de las acusaciones, Vueling ha negado cualquier motivación religiosa en su decisión de desembarcar al grupo.
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