Sheila es una madre que ha visto su vida desmoronarse en pocos meses, convirtiéndose en víctima de maltrato por parte de su expareja, de un desahucio de una vivienda pública y de la creciente burbuja del alquiler en Madrid. Desde el 8 de julio, Sheila vive en un hostal tras ser desahuciada de su hogar en Torrejón de Ardoz, donde intentó regularizar su situación de vivienda. Sin embargo, una serie de trámites administrativos y un desdén de las autoridades impidieron que consiguiera la ayuda necesaria, lo que la ha separado de sus tres hijos, quienes actualmente están al cuidado de su padre biológico a pesar de que ella tiene la custodia legal.
Con la presión de encontrar un nuevo hogar y empleo, Sheila enfrenta un mercado de alquiler inalcanzable, donde los altos precios y los rígidos requisitos financieros son un obstáculo constante. A pesar de contar con el apoyo de la administración, incluido un subsidio de 1.700 euros para un nuevo alquiler, se ha visto obligada a destinar esos fondos a su alojamiento actual en el hostal para evitar vivir en la calle. Su negativa a ingresar a un centro de acogida, debido a preocupaciones por la seguridad de sus hijos, agrava su situación. Sheila ha expresado su desesperación, afirmando que la situación ha llegado a un punto en el que ya no puede más.
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