Tras más de veinte años de complicaciones burocráticas, los desarrollos urbanísticos en la Comunidad de Madrid enfrentan un futuro incierto, agudizando la crisis habitacional que afecta a la región. Proyectos como Montegancedo, Arpo y Huerta Grande están estancados a la espera de resoluciones que permitan su avance. Montegancedo, por ejemplo, se detuvo apenas dos meses después de comenzar debido a una denuncia, lo que refleja las dificultades legales y administrativas en el sector. Esta parálisis no solo retrasa la disponibilidad de nuevas viviendas, sino que también incrementa la frustración entre los futuros residentes y promotores.
En paralelo, Arpo y Huerta Grande están a la espera de la puesta en marcha de una tuneladora que logre construir un extenso colector necesario para el desarrollo de estas áreas. La falta de infraestructura esencial impide que estos proyectos puedan finalmente ver la luz. Esta situación crítica no solo expone las deficiencias en la planificación urbanística, sino que también subraya la urgencia de agilizar procesos para responder a la creciente demanda de viviendas en una región que sigue buscando soluciones al déficit habitacional.
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