En una tarde con gran expectativa en la plaza, el esperado mano a mano con Juan Ortega se vio opacado por el desempeño del ganado. Los aficionados llegaron ansiosos para disfrutar de una exhibición de destreza y arte taurino, sin embargo, el resultado no cumplió con las expectativas. Los toros presentaron más dificultades de lo previsto, lo que complicó las faenas y restó lucidez al evento. A pesar del esfuerzo de los toreros, el desarrollo del espectáculo se mantuvo por debajo de las esperanzas depositadas en la jornada.
No obstante, hubo un momento destacable gracias a un notable toro de Domingo Hernández que ayudó a elevar el nivel general de la tarde. Juan Ortega, conocido por su elegancia y temple, logró mostrar destellos de calidad y valor a pesar de las adversidades. Aún así, el evento dejó un sabor agridulce, ya que el desempeño general del ganado no estuvo a la altura de un cartel que prometía ser un referente en la temporada. La tarde se cerró con sensaciones mixtas, combinando la frustración con los breves momentos de brillantez.
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