La experiencia de expatriarse a España puede no ser siempre un camino de rosas, como demuestra el caso de un matrimonio alemán que ha decidido regresar a su país tras una breve estancia en Denia. Jennifer Itinga Fontan y Lukas Reinike, junto con sus hijos Elián y Noel, se mudaron a esta localidad alicantina con la esperanza de encontrar un hogar y un estilo de vida más asequible. Sin embargo, su búsqueda de una vivienda digna se topó con la dificultad de encontrar aparatos asequibles, ya que muchos propietarios optaban por alquilar a turistas o por cortas estancias. Además, la pareja se enfrentó a un coste de vida que no se correspondía con los salarios locales, lo que limitó sus posibilidades de estabilidad financiera.
A pesar de que los niños se adaptaron rápidamente, aprendieron español y disfrutaron de la vida en el pueblo, la pareja se vio afectada por la falta de organización y el calor constante. La diferencia cultural y un estilo de vida más festivo que el que conocían les resultaron difíciles de manejar. Lukas expresó su frustración con la falta de estructura en la vida cotidiana, mientras que Jennifer se planteaba si podía seguir trabajando bajo esas condiciones. Con la acumulación de estas desventajas, decidieron retornar a Alemania, reflexionando sobre lo que esperaban y la realidad que enfrentaron en su aventura en el extranjero.
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