El sector de frutas y hortalizas desempeña un papel crucial en la producción agrícola, representando más del 70% del valor de la producción vegetal y un 38% de la agraria, y proporciona empleo a más de 500,000 personas. Sin embargo, enfrenta serias amenazas a su competitividad debido a reglamentaciones más estrictas, especialmente en cuanto a la reducción de fitosanitarios, lo cual no se equipara con los estándares en países terceros. Además, los elevados costes laborales y burocráticos incrementan las importaciones más económicas, complicando la penetración en nuevos mercados a precios competitivos. Desde la Federación de Productores y Exportadores, se expresan preocupaciones sobre cómo estas condiciones impactan negativamente en su capacidad para competir internacionalmente, no solo por las regulaciones europeas, sino también por la dificultad de acceder a usos de fitosanitarios que sí son permitidos afuera de la UE.
A pesar de estos retos, el sector continúa destacándose como un fuerte exportador, con un aumento proyectado del 6% en las ventas al exterior en 2024, alcanzando los 12 millones de toneladas y superando los 14,000 millones de euros en valor. Los productos más exportados incluyen naranjas, pepinos, lechugas, pimientos y tomates, principalmente a países europeos. Por otro lado, el sector también muestra una tendencia al alza en importaciones, con un aumento del 6,6% en volumen y del 12% en valor, influido por productos como patatas y cebollas de Francia y los Países Bajos, y tomates de Marruecos. No obstante, las exportaciones enfrentan barreras sanitarias y arancelarias que limitan su acceso a grandes mercados como Estados Unidos, mientras que la presión de los precios refleja un descenso debido a la creciente competencia externa.
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