Fernando Alonso concluyó su pretemporada con un peculiar día en el circuito de Bahréin. El piloto asturiano tuvo que ajustar su turno con el canadiense Lance Stroll, quien estaba indispuesto, y a pesar de un proceso gripal que apenas le permitió dormir dos horas, Alonso se subió al Aston Martin AMR-25 para completar un total de 49 vueltas en la sesión matutina. Durante esta, centró sus esfuerzos en realizar simulacros de carrera y consiguió el octavo mejor tiempo con una marca de 1:32.084, más de un segundo por detrás del líder Charles Leclerc, quien obtuvo un tiempo de 1:30.811. A pesar del malestar, Alonso mostró su enfoque en aprender sobre el nuevo coche, al que le realizaron ajustes importantes antes de salir a la pista.
Luego de las pruebas matutinas, se esperaba que Alonso no participara más hasta el próximo Gran Premio en Australia el 14 de marzo. Sin embargo, regresó al circuito por la tarde para completar un entrenamiento adicional de más de una hora, con condiciones que replicaban las de una carrera real. En esta ocasión, el bicampeón del mundo trabajó en un stint de 10 vueltas a un ritmo constante de 1:35.7. A lo largo de esta última jornada de pruebas, el equipo de Aston Martin optó por no enfocarse en tiempos de clasificación, sino más bien en confirmar las mejoras del coche respecto al año anterior, mostrando así su potencial competitivo para la temporada entrante.
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