La implementación de los tribunales de instancia se ha convertido en un tema polémico dentro del ámbito judicial español. El Ministerio de Justicia ha lanzado una advertencia al Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), señalando que cualquier demora en las tareas asignadas para esta reestructuración podría poner en peligro el proyecto completo. Esta reforma busca optimizar el funcionamiento del sistema judicial, pero se enfrenta a resistencias y retrasos que amenazan con comprometer su efectividad. La iniciativa propone una nueva organización de los tribunales para mejorar la eficiencia y accesibilidad del sistema, un tema que, sin embargo, ha generado tensiones entre las instituciones involucradas.
La implantación requiere del Consejo un compromiso y un cronograma claros para garantizar el avance del proyecto en los plazos establecidos. Fuentes ministeriales insisten en que la falta de cooperación podría hacer inviable el plan, el cual es considerado crucial para modernizar la justicia en el país. Este tira y afloja refleja las fricciones que suelen ocurrir en procesos de reforma institucional, especialmente en un contexto donde la independencia y los equilibrios de poder son tan delicados. A pesar de estas tensiones, el Ministerio mantiene su determinación de seguir adelante con el proyecto, subrayando la necesidad de una justicia más ágil y cercana para los ciudadanos.
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