El sector educativo ha experimentado una significativa destrucción de empleo, con la pérdida de 123.699 puestos de trabajo, lo que ha generado preocupación entre expertos y especialistas en políticas laborales. Este fenómeno se atribuye a los ajustes estacionales típicos del sector educativo durante los meses de verano, cuando finalizan los contratos temporales. Sin embargo, el impacto de esta reducción se suma a la incertidumbre económica y los cambios en la demanda de servicios educativos, lo que podría requerir intervenciones gubernamentales para mitigar los efectos negativos en el mercado laboral.
Por otro lado, el sector servicios también enfrenta dificultades, con un aumento de 2.018 personas desempleadas. Este incremento en el desempleo se ha observado especialmente en las áreas urbanas, donde los efectos combinados de la ralentización económica y la disminución del turismo han contribuido al desafiante panorama laboral. Las cifras actuales subrayan la necesidad de estrategias efectivas para reactivar la economía y fortalecer estos sectores clave. Los analistas sugieren que políticas de reforma laboral y programas de capacitación podrían ser cruciales para abordar estos desafíos y fomentar un entorno más estable para el empleo en el futuro.
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