El Departamento de Policía de Dallas, Texas, ha reafirmado su compromiso con la seguridad pública y el fortalecimiento de la confianza entre la policía y la comunidad migrante, en medio del aumento de las tensiones migratorias impulsadas por la administración de Donald Trump. Michael T. Igo, jefe interino del cuerpo policial, ha enfatizado que sus agentes no se centrarán en la detención de personas únicamente para verificar su estatus migratorio. En un esfuerzo por tranquilizar a la comunidad hispana, que representa el 41.9% de la población local, Igo aseguró que los oficiales de Dallas trabajan bajo una orden que impide detener a individuos solo para determinar su estatus migratorio. Las autoridades locales solo tienen permitido hacer preguntas sobre el estatus migratorio a quienes están detenidos o arrestados legalmente, y están prohibidos de usar el origen étnico como criterio operacional.
En contrapunto, el gobernador de Texas, Greg Abbott, ha presionado a las autoridades locales para que cooperen plenamente con las leyes de inmigración federales del gobierno de Trump, que buscan intensificar las deportaciones. Sin embargo, Dallas, considerado un bastión demócrata y ciudad santuario, se opone a programas como el 287(g) que delegan poderes migratorios a las agencias locales, enfocándose en la seguridad sin asumir roles migratorios. La policía de Dallas ha participado en sesiones informativas con la comunidad hispana para promover la denuncia de delitos sin miedo a represalias migratorias. Abbott, en contraste, ha ofrecido recursos estatales para fortalecer las operaciones de detención del ICE, subrayando su postura de mano dura contra la inmigración irregular. Esto crea un escenario de tensión con ciudades como Dallas, Austin y Houston, que buscan proteger a sus comunidades migrantes dentro de los márgenes legales disponibles.
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