Veinte años después del devastador impacto del huracán Katrina, más de 180 empleados de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA) han levantado la voz en una carta pública. Denuncian una crisis interna agravada por los recortes implementados durante la administración de Donald Trump, que ponen en riesgo la capacidad de respuesta ante desastres similares en el futuro. La carta, titulada “Declaración Katrina”, recuerda las fallas gubernamentales que contribuyeron al desastre de 2005, destacando la deficiente evacuación y lenta respuesta de recursos básicos. Los funcionarios advierten que la disminución de personal, debido a jubilaciones incentivadas y congelamiento de contrataciones, ha minado la capacidad de la agencia para enfrentar emergencias, mientras que las reasignaciones de empleados al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) exacerban la situación.
El documento critica la centralización de decisiones financieras que requieren la aprobación de altos cargos políticos para cualquier gasto superior a 100.000 dólares, lo que ha retrasado respuestas en casos de emergencia, como las recientes inundaciones en Texas. Además, señalan la falta de un liderazgo con experiencia en la gestión de desastres, arguyendo que el actual administrador carece de la trayectoria necesaria. La carta también denuncia la eliminación de programas esenciales de mitigación de riesgos y la censura de información científica sobre el cambio climático. Los empleados proponen convertir a FEMA en una agencia independiente del Departamento de Seguridad Nacional, proteger sus funciones y asegurar transparencia en recortes de personal, buscando evitar interferencias políticas que comprometan la efectividad de su misión.
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