El régimen cubano enfrenta duras críticas internacionales tras las denuncias de tortura contra José Daniel Ferrer, líder opositor y figura clave en las protestas pacíficas que estallaron en Cuba. Ferrer, símbolo de la creciente frustración popular contra el gobierno de Miguel Díaz-Canel, ha sido sometido a tratos crueles mientras permanece detenido. Las protestas, que comenzaron como un clamor por cambios políticos y económicos, han sido respondidas con medidas represivas por parte del gobierno, intensificando la tensión en la isla.
Organizaciones de derechos humanos y gobiernos extranjeros han condenado la situación de Ferrer, resaltando la gravedad de las violaciones cometidas. Las manifestaciones, que se extendieron por diversas ciudades, reflejan el descontento social acumulado por décadas de control gubernamental estricto. Este episodio pone de relieve la urgente necesidad de diálogo y reformas en Cuba, mientras la comunidad internacional observa con atención la evolución de los acontecimientos y exige el respeto a los derechos humanos fundamentales.
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