La Guardia Civil ha denunciado a los propietarios de una serie de gallos robados en Valladolid y recuperados en Soria por presunto maltrato animal y violación de la Ley General de Sanidad. Los agentes encontraron a diez de los casi 30 gallos con las crestas cortadas, un procedimiento vinculado a la ilegal práctica de las peleas de gallos en la región de Castilla y León. Este descubrimiento provocó una investigación para determinar si las mutilaciones fueron realizadas por los dueños en Valladolid, un clan que previamente denunció el robo de los animales y cuyas amenazas hacia los ladrones se hicieron virales en TikTok, o si fue obra de los ladrones mismos. La Guardia Civil está además indagando sobre la posibilidad de una justificación veterinaria para estas prácticas, que hasta ahora no ha sido documentada.
El caso ha cobrado notoriedad después de que la Guardia Civil recuperara, en el polígono industrial Las Casas de Soria, a ocho gallos vivos y dos muertos, que fueron devueltos a sus propietarios. Uno de los dueños, un hombre de 43 años, está bajo investigación por la presunta mutilación de crestas y barbillas de cinco gallos de la raza Combatiente Español y cruces con raza Fénix, sin aval veterinario. Las autoridades han señalado que el implicado podría enfrentar penas de prisión de tres a 18 meses, o multas de seis a 12 meses, sumado a la inhabilitación para actividades relacionadas con los animales por un período de uno a tres años. Este caso ha puesto de relieve las prácticas ilegales que aún persisten en ciertos ámbitos rurales de España, y destaca el desafío continuo que las autoridades enfrentan para erradicar el maltrato animal.
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