Elisa Mouliaá ha compartido su testimonio sobre una presunta agresión sexual a manos de Íñigo Errejón, describiendo una serie de eventos ocurridos durante una reunión social. Según Mouliaá, después de consumir varias bebidas, fue llevada de manera forzada a un cuarto privado por Errejón, pese a su incomodidad. Ella relata que, en medio del ambiente festivo, fue sometida a comportamientos inapropiados y humillantes, incluyendo tocamientos indebidos y comentarios lascivos. Mouliaá enfatiza que se sentía vulnerable debido al estado en que se encontraba, describiendo un episodio en el que, según su versión, la situación se tornó más incómoda y hostil debido a la insistencia de Errejón de ir a su casa.
En el transcurso del testimonio, Mouliaá destacó que recibió una llamada importante en medio de la situación, informándole sobre el estado de salud de su hija. Sin embargo, afirma que Errejón mostró una evidente falta de empatía ante esta circunstancia, ignorando su preocupación. A medida que los eventos se desarrollaban, Mouliaá intentó zafarse de la situación, afirmando que, después de expresar su deseo de irse, finalmente logró salir y buscar un taxi. En su declaración, ha subrayado la insensibilidad de Errejón, describiendo una experiencia de impotencia y vulnerabilidad ante lo ocurrido, mientras recalca que finalmente pudo abandonar el lugar con el propósito de regresar a casa.
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