La reciente celebración de los Globos de Oro en el icónico Hotel Beverly Hilton de Los Ángeles destacó no solo por la presencia de figuras prominentes del cine y la televisión, sino también por su atmósfera de expectativas y sorpresas. Este año, la ceremonia fue conducida por Nikki Glaser, quien, aunque nominada por su especial de HBO «Todos moriremos algún día», no se alzó con el galardón. La gala, considerada tradicionalmente como una antesala de los premios Oscar, careció de claros favoritos, arrojando algunas pistas sobre el panorama que podrían delinearse en la próxima gran noche de Hollywood. Zoe Saldaña y Kieran Culkin se destacaron entre los primeros premiados, proyectando su influencia hacia futuras nominaciones al Oscar, pese a que la actitud irreverente de Culkin en la alfombra roja generó controversia.
Los premios reconocieron tanto el talento cinematográfico como televisivo, con mención especial a películas y series en distintas categorías. «Emilia Pérez» se llevó el galardón a Mejor Película Extranjera, y «Flow» fue reconocida como Mejor Película Animada. La destacada dirección de Brady Corbet en «The Brutalist» sugiere que esta obra podría ser una fuerte contendiente para los Oscar, a pesar de su enfoque conservador en un año rebosante de propuestas innovadoras. En el ámbito televisivo, destacaron los triunfos de Jodie Foster y Jeremy Allen White, consolidándose como favoritos en sus respectivas categorías. La gala, aunque criticada por algunos por su falta de audacia comparada con anteriores ediciones, dejó una clara impresión del rumbo que Hollywood podría tomar en esta temporada de premios.
Leer noticia completa en OK Diario.