En un inesperado desenlace para una carrera notable, Clint Eastwood, a sus 94 años, regresa a la gran pantalla con «Jurado Nº 2», posiblemente su última obra como director. El filme ha causado revuelo, no solo por su temática, sino también por la controversia alrededor de su distribución en Estados Unidos. A pesar de un historial de éxitos con Warner Bros, el estudio optó por una distribución limitada, lo que ha causado frustraciones entre los seguidores del cineasta. Sin embargo, este drama judicial no solo marca un cierre potencial para Eastwood sino que introduce al talento novel de Jonathan Abrams, encargado del guion. Abrams da su primer gran paso en el cine con este trabajo y ya ha comenzado a labrarse un nombre, al recibir encargos para escribir sobre el icónico rodaje de «¡Qué bello es vivir!», un clásico navideño de Frank Capra.
En paralelo, Abrams desarrolla un guion que explora la vida de James Stewart durante el rodaje de la mencionada pieza maestra, enfocándose en cómo el actor enfrentó el trastorno de estrés postraumático tras la Segunda Guerra Mundial interpretando a George Bailey. La obra se encuentra en manos de la productora independiente AGBO, y se espera que, con el éxito de «Jurado Nº 2», el proyecto pueda ver la luz en un futuro cercano. La dirección estará a cargo de los hermanos Russo, conocidos por sus taquilleros trabajos en el universo Marvel; sin embargo, esta película pretende ser un cambio radical en su estilo habitual, alejándose de los grandes presupuestos y efectos visuales desmesurados para centrarse en una narración más íntima y clásica. Así, el legado de Eastwood y la promesa de Abrams auguran una renovación en el paisaje cinematográfico actual, entre nostalgia y nuevas propuestas.
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