Durante el verano, la región de Solsona fue testigo de diversas experiencias que entrelazan lo prosaico y lo sagrado, marcadas por eventos culturales únicos. Un proyecto artístico y musical denominado Goig, originario de Cardona, presentó su primer disco homónimo con un enfoque peculiar: una gira por ermitas, revitalizando espacios casi olvidados. Con canciones que evocan tradiciones locales, el grupo ha logrado resucitar el interés por estos lugares sagrados. La presentación del disco tuvo lugar en la emblemática plaza de toros de Cardona, donde la cantante Elena Ribera regaló un momento emotivo al ofrecer una flor a su abuela, Pilar Estany, quien ha sido fuente de inspiración para muchas de sus canciones.
Simultáneamente, celebraciones tradicionales continuaron mostrando la fusión entre lo santo y lo festivo. En una boda en Solsonès, el enlace mezcló lo profano con lo espiritual al invocar cantos tradicionales. Asimismo, durante la fiesta mayor de Solsona, eventos como el clásico besamanos en la catedral se entrelazaron con costumbres más mundanas, como largas sobremesas. Este verano, la reflexión se centró en cómo las fronteras entre lo sacro y lo profano parecen desdibujarse, dejando una sensación de sacralización del cotidiano y viceversa, mientras la comunidad sigue adelante con su vida cotidiana.
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