Presidentes de clubes, árbitros y padres de jugadores han levantado la voz ante la precariedad de las instalaciones deportivas destinadas al fútbol en uno de los campos de la comunidad, cuyo césped artificial no ha sido renovado en 14 años. Esta situación ha generado preocupaciones significativas sobre la seguridad de los jóvenes deportistas que utilizan el campo regularmente. Las denuncias incluyen relatos de lesiones y caídas frecuentes debido al desgaste evidente del terreno de juego, poniendo en duda la idoneidad del espacio para la práctica deportiva.
Las partes implicadas han solicitado la intervención inmediata de las autoridades municipales para abordar esta problemática que afecta directamente a la comunidad deportiva local. Aseguran que, a pesar de haberse hecho promesas de renovación, el césped sigue en un estado deteriorado que no solo afecta el desarrollo normal de las actividades deportivas, sino que también representa un peligro real para los jugadores. La falta de acción frente a estas denuncias ha generado un creciente descontento, subrayando la necesidad de inversiones adecuadas para mantener las instalaciones en condiciones óptimas.
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