En un discurso lleno de emotividad y resonancia, la vicepresidenta Kamala Harris reconoció su derrota en las elecciones presidenciales de Estados Unidos ante el expresidente Donald Trump, quien aseguró su regreso a la Casa Blanca con una victoria decisiva. Harris, al dirigirse a sus seguidores en el campus de la Universidad de Howard, enfatizó su compromiso de no abandonar la lucha por la libertad, las oportunidades y los derechos de los estadounidenses. A pesar del sabor amargo de la derrota, alentó a su audiencia, en su mayoría estudiantes afroamericanos, a mantener la esperanza en la promesa de Estados Unidos. Subrayó que aunque el resultado no reflejó lo que se votó, la esencia de las promesas de América perdurará.
A lo largo de su discurso, Harris se mostró conciliadora, prometiendo una transición pacífica, algo que contrastó con las elecciones de 2020, en las que Trump no admitió su derrota. No obstante, aprovechó para remarcar la importancia de la lealtad a la Constitución y para delinear lo que considera tareas pendientes: la lucha por los derechos reproductivos de las mujeres, el control de armas en escuelas y calles, y la protección de las libertades fundamentales. Sin caer en autocrítica, expresó su orgullo por la campaña demócrata y mencionó que tras admitir la derrota, llamó a Trump para felicitarlo, destacando el espíritu democrático que debe prevalecer durante las transiciones de poder.
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