Recientes decisiones judiciales han intensificado el debate en torno a la inteligencia artificial generativa y su relación con el copyright. Dos casos recientes han generado un considerable interés mediático debido a sus opiniones opuestas sobre lo que constituye un «uso justo» al utilizar obras protegidas por derechos de autor en el entrenamiento de estos modelos.
El caso Bartz contra Anthropic involucra a tres autores que demandaron a la empresa argumentando que sus libros fueron usados para entrenar el chatbot Claude. El juez William Alsup consideró que tal acción representa un uso transformativo del material, sosteniendo que el proceso de entrenamiento crea algo nuevo en lugar de simplemente replicar el contenido original. Alsup subrayó que las posibles afectaciones al mercado del trabajo original son meramente especulativas, reforzando la idea de que el uso justo puede proteger el proceso de desarrollo de la IA.
Por otro lado, en el caso Kadrey contra Meta Platforms, el enfoque fue diferente. Aunque Meta ganó, el juez Vince Chhabria expresó preocupación por el daño potencial al mercado, considerando el uso del material sin licencia como «ilegal» en la mayoría de las situaciones. En este sentido, su fallo minimiza la naturaleza transformativa del entrenamiento de IA y plantea que podría comprometer los mercados originales de las obras.
Esta disparidad en las sentencias ilustra la creciente necesidad de establecer un precedente legal claro. La decisión en el caso Bartz proporciona un marco que apoya la innovación en inteligencia artificial, sin menospreciar los derechos de autor. A medida que la tecnología sigue avanzando, es crucial que las decisiones no limiten la capacidad creativa de la inteligencia artificial, equilibrando el desarrollo tecnológico con la protección de derechos intelectuales.