En la localidad de Jan Yunis, ubicada en el sur del enclave, se registraron los ataques más letales con al menos 12 personas fallecidas y otras 40 heridas tras intensos bombardeos. Estas acciones han suscitado una alerta internacional y han aumentado la tensión en una región ya de por sí volátil. Los residentes y equipos de emergencia enfrentan grandes obstáculos para manejar la crisis humanitaria que provocan estos sucesos, que incrementan el número de víctimas en medio de un conflicto persistente.
Este reciente aumento de la violencia ha generado reacciones de organismos internacionales que llaman a un cese inmediato de las hostilidades y al inicio de negociaciones para alcanzar una solución pacífica. Sin embargo, la falta de un consenso claro entre las partes implicadas dificulta los avances hacia un acuerdo duradero. La población local sigue enfrentando desafíos significativos para acceder a servicios básicos mientras intentan encontrar refugio y seguridad en un escenario cada vez más incierto y marcado por el sufrimiento humano.
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