Un sistema operativo actúa como intermediario esencial entre los recursos del ordenador y las aplicaciones en ejecución. Con el tiempo, los sistemas operativos que mejor se adaptaron a los requerimientos de los servidores adquirieron la denominación de «sistemas operativos para servidores». Este recorrido histórico destaca los inicios de estos sistemas, sus primeros representantes en entornos de servidores y los preferidos por los usuarios en la actualidad.
En 1974, Gary Kildall lanzó el sistema operativo CP/M en disquete, marcando un hito como el primer sistema operativo para ordenadores de uso doméstico. A diferencia de Unix, utilizado en aplicaciones especializadas en universidades e institutos de investigación, CP/M presentaba una interfaz de hardware estandarizada mediante la BIOS, lo cual permitió su uso en diferentes equipos. A través del intérprete de línea de comando CCP, el sistema recibía y ejecutaba comandos del usuario.
CP/M sirvió de modelo para un concepto de sistema que, en los años posteriores, se convertiría en una solución administrativa predominante. Inicialmente, DOS no era un sistema operativo único sino un concepto adaptado por varios proveedores. Más adelante, surgió MS-DOS de Windows, que desempeñó un papel crucial en numerosas versiones del sistema operativo de Microsoft hasta Windows 98.
En 1984, el sistema operativo dio un salto significativo con el lanzamiento del Apple Macintosh, que introdujo una interfaz gráfica operable mediante el ratón. Este avance siguió al lanzamiento de Lisa OS en el Apple Lisa en 1983; sin embargo, este último no tuvo éxito comercial debido a su alto precio.
En 1993, Microsoft presentó Windows NT 3.1 como sistema operativo de servidor, marcando una respuesta a las soluciones de Apple. Aunque Windows NT no logró inicialmente una fuerte posición en el mercado, su kernel sentó las bases para futuras versiones de Windows, incluyendo Windows 2000, XP, Vista, 7, 8 y 10.
Mientras tanto, Linux emergió como una alternativa inspirada en Unix para los servidores. El kernel de Linux, lanzado bajo la licencia de libre uso GNU en 1992, facilitó su adopción, convirtiéndose en un sistema atractivo para muchos desarrolladores. Diversas distribuciones de Linux, como Yggdrasil, Linux o Slackware, ofrecieron sistemas completos y sin coste.
Linux, gracias a su excelente gestión de derechos y administración del sistema, se convirtió en la elección favorita de muchos administradores de servidores, especialmente en el ámbito del desarrollo web, una tendencia que sigue en vigencia.
En el contexto actual, Internet es el escenario de una amplia gama de proyectos web, todos ellos sustentados por servidores administrados mediante sistemas operativos. La elección de un sistema operativo para servidores depende inicialmente de si la gestión del entorno de hosting corre por cuenta propia o de un proveedor.
Windows Server, basado en la serie NT de Microsoft, sigue siendo un competidor destacado en el ámbito de los servidores. Frecuentemente, los controladores de hardware están disponibles más rápidamente para Windows Server que para Linux. Sin embargo, Windows Server es más vulnerable al malware y otros riesgos de seguridad.
Debian sobresale por su estabilidad y seguridad, siendo uno de los sistemas operativos para servidores más robustos. Su gestión de paquetes con Dpkg y APT, además de su compatibilidad con diversas arquitecturas de procesador, lo convierten en una opción versátil tanto para particulares como para profesionales.
Red Hat Enterprise Linux (RHEL), diseñado para satisfacer las necesidades empresariales, se distingue por su estabilidad y amplio soporte. Cada versión ofrece más de 10 años de soporte, ideal para entornos empresariales. Aunque es un sistema comercial, su alternativa gratuita, CentOS, comparte muchas de sus ventajas.
Los sistemas BSD (Berkeley Software Distribution) representan otra opción popular en el ámbito de los servidores. Derivados del sistema Unix, son conocidos por su robustez y estabilidad. Entre los sistemas BSD más utilizados se encuentran FreeBSD, OpenBSD y NetBSD.
FreeBSD es notable por su rendimiento y capacidad para gestionar elevadas cargas de trabajo. Es una opción frecuente para servidores web, servidores de correo y sistemas de almacenamiento en red.
OpenBSD se enfoca en la seguridad y la criptografía, reconocida por su riguroso enfoque en la seguridad del código y la inclusión de herramientas avanzadas de criptografía.
NetBSD es reconocido por su portabilidad y capacidad de funcionar en una amplia variedad de hardware, desde servidores hasta dispositivos embebidos.
En conclusión, la elección del sistema operativo depende de las necesidades específicas del proyecto y las preferencias personales. Linux se mantiene como líder en el entorno de servidores gracias a su flexibilidad y seguridad, mientras que Windows Server proporciona un entorno familiar para los usuarios de Microsoft. Por su parte, los sistemas BSD son valorados por su estabilidad y seguridad, constituyendo una opción sólida para numerosas aplicaciones de servidor.