La reciente dana en la comunidad de Catarroja ha forzado el desalojo de numerosas familias, como la de Patricia Pascual y Salva Perales, cuyo edificio, con seis plantas, fue evacuado debido a daños en los pilares estructurales. Este fenómeno se ha convertido en algo común en las zonas afectadas por el temporal, donde los vecinos, con ayuda de voluntarios, trabajan arduamente para desalojar el agua y el barro de los garajes inundados. Las inspecciones técnicas municipales han dictaminado desalojo temporal mientras se llevan a cabo reparaciones necesarias. A pesar de que muchos residentes han podido regresar a sus hogares después de varios días, las evaluaciones continúan, y las evacuaciones de otros inmuebles parecen ser inevitables. En toda la región, el Consorcio de Compensación de Seguros ha recibido más de 44,000 solicitudes de indemnización por los daños sufridos.
La situación de vivienda para los afectados por la dana se ha complicado aún más debido a la escasez de alquileres asequibles. Familias como la de Pascual y Perales se enfrentan a un mercado inmobiliario inflado, casi inalcanzable debido a la situación económica tras la dana. En localidades como Paiporta, los alquileres se han disparado, con precios entre 900 y 1,200 euros mensuales, elevando la desesperación entre los afectados. Actores inmobiliarios y expertos en la zona advierten que las ayudas al alquiler podrían, paradójicamente, motivar un aumento adicional de precios. Sin embargo, algunas personas, como Matilde Ortí y Teddy Shiferaw, se encuentran en una situación precaria al haber perdido sus hogares y trabajos, haciendo imposible gestionar los altos precios del mercado actual. Frente a estas dificultades, la comunidad espera que la solidaridad se imponga sobre las dinámicas del mercado para facilitar una recuperación justa y equitativa para todos los afectados.
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