La portavoz socialista se mantuvo en silencio a lo largo del proceso judicial en el que se encontraba involucrada, optando por dejar que su defensa recayera en manos de Rita Maestre. Esta postura fue parte de una estrategia calculada por su equipo legal, en la que se buscaba minimizar cualquier repercusión adicional que sus declaraciones pudieran generar en los medios. Durante este periodo, las observaciones y declaraciones públicas fueron gestionadas cuidadosamente por Maestre, quien asumió un papel central, proporcionando declaraciones a la prensa y defendiendo la posición de su compañera de partido.
Mientras tanto, el líder de Vox expresó su descontento acerca del proceso, sugiriendo que carecía de utilidad. Su declaración, «Mi conclusión es que esto no vale para nada», refleja una crítica contundente hacia el procedimiento en curso, señalando una percepción de ineficiencia o falta de eficacia en las acciones emprendidas. Esta declaración se produce en un contexto político tenso, donde las posturas de los diferentes partidos ante situaciones judiciales similares son examinadas minuciosamente, revelando las divisiones y estrategias que caracterizan el panorama político actual. La situación continúa desarrollándose, manteniendo la atención tanto de medios como de la ciudadanía.
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