La localidad valenciana de Chiva se enfrenta a las consecuencias devastadoras de la Depresión Aislada en Niveles Altos (DANA), que ha dejado a su paso importantes daños estructurales en múltiples edificaciones. Como medida preventiva, las autoridades han ordenado el desalojo de 130 viviendas, ante el creciente temor de derrumbes que ponen en riesgo la seguridad de los residentes. El agua y el barro, que inundaron las calles del municipio, complicaron las labores de limpieza y reparación, obligando a muchos vecinos a abandonar abruptamente sus hogares. En este momento, los afectados se encuentran en una situación de incertidumbre, mientras esperan una evaluación más detallada de los expertos sobre la estabilidad de sus viviendas.
El impacto de la DANA en Chiva no solo se limita a los daños materiales, sino también afecta emocionalmente a sus habitantes, quienes inicialmente se enfocaron en limpiar el barro sin sospechar la gravedad estructural de la situación. La comunidad ha mostrado una resiliencia notable, organizándose para hacer frente al desastre, aunque la preocupación por el estado de las infraestructuras sigue latente. Los esfuerzos se centran ahora en asegurar las zonas más afectadas y proporcionar atención a los damnificados, quienes esperan una pronta respuesta gubernamental para retornar a sus hogares con las garantías necesarias de seguridad. Mientras tanto, las autoridades locales y regionales continúan monitoreando la situación, evaluando las necesidades inmediatas y a largo plazo para la recuperación.
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