Hace tres años, la orden de Vladímir Putin de invadir Ucrania desató una guerra que ha cobrado miles de vidas y ha sumido a Europa en una profunda crisis política y humanitaria. En este escenario, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha manifestado su intención de mediar para lograr un alto al fuego, afirmando que está dispuesto a negociar directamente con Rusia. Sin embargo, su enfoque ha generado controversia, especialmente tras sus comentarios en los que calificó al presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, de dictador, una declaración que ha sido criticada por numerosos líderes internacionales que consideran a Zelenski un emblema de la resistencia democrática frente al expansionismo ruso.
En estos años de conflicto, Zelenski ha experimentado una transformación notable en el ámbito político internacional. Antes un político de bajo perfil, ha emergido como un héroe inesperado en la defensa de la soberanía ucraniana, ganándose el respeto y el apoyo de gran parte de la comunidad internacional. Su liderazgo en tiempos de crisis y su capacidad para galvanizar a su pueblo han sido factores clave en la resistencia ucraniana. Mientras tanto, las tensiones diplomáticas persisten, y el futuro de Ucrania y la región sigue siendo incierto, atrapado entre los juegos de poder de las superpotencias y los anhelos de paz de una nación herida.
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