Marc Giró inauguró su nuevo programa, el Late Xou, con un monólogo que se caracterizó por su tono provocador y crítico hacia la situación política en España. Desde el principio, el humorista estableció un vínculo entre el humor y la crítica social, desafiando las narrativas apocalípticas que sostienen que España se encuentra en peligro de extinción. Giró no dudó en abordar temas delicados, como la situación en Palestina, al señalar que algunos sectores todavía no reconocen el genocidio en curso. Esta perspectiva le permitió introducir su argumento central sobre los discursos que alimentan el miedo y la xenofobia en el país.
Durante su actuación, Giró desmanteló la teoría del «gran reemplazo», describiéndola como un «meme convertido en dogma» que ha seducido a un sector de la población. En su crítica, el comediante destacó que las verdaderas amenazas a la nación provienen de otros factores, como la crisis climática y la avaricia empresarial, pero son los migrantes los que están siendo injustamente señalados como los culpables. En un recorrido irónico, recordó cómo otros colectivos, antes considerados como amenazas, ahora son desplazados por una nueva narrativa que busca encontrar chivos expiatorios en la diversidad. Con su estilo mordaz, Giró dejó claro que la risa y la crítica social pueden ir de la mano en un mundo complicado.
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