En un giro sorprendente, el vicealmirante Manuel Roberto Farías Laguna ha sido detenido junto a otros funcionarios y empresarios, implicados en una red de contrabando de combustibles en México. Este arresto se produjo tras la inspección del barco Challenge Procyan en Tampico, donde se descubrió que transportaba diésel en lugar de los aditivos lubricantes que había declarado. Este caso ha desvelado una sofisticada operación de «huachicol fiscal», que permite eludir impuestos al camuflar combustibles como mercancías de menor valor. Posteriormente, en Altamira, se incautaron 10 millones de litros de diésel, además de contenedores y vehículos, aumentando la magnitud del escándalo.
Farías Laguna, quien ascendió rápidamente en la Secretaría de Marina y es sobrino político del ex secretario José Rafael Ojeda Durán, es el funcionario de mayor rango detenido en el sexenio de Claudia Sheinbaum. A pesar de un currículo impecable y diversas condecoraciones, su reputación ha sido cuestionada por presuntos actos de corrupción y tráfico de influencias, junto a su hermano Fernando. Se le acusa de manipular asignaciones presupuestarias y contratos, favoreciendo a empresas cercanas y ejerciendo control sobre ascensos y comisiones dentro de la Secretaría. Esta caída destaca una vez más el desafío de erradicar la corrupción en las instituciones mexicanas.
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