David Lammy, ministro de Asuntos Exteriores del Reino Unido, ha defendido su enfoque de «progresismo realista» al celebrar el reciente acuerdo alcanzado en la cumbre bilateral entre el Reino Unido y la UE, la primera en la era post-Brexit. Lammy sostiene que este acuerdo no busca reintegrar al Reino Unido en la UE, sino recomponer los lazos rotos después de años de distancia bajo gobiernos conservadores. A pesar de las críticas de algunos sectores que consideran el acuerdo poco concreto, Lammy destaca la relevancia del pacto en seguridad y defensa, abarcando temas como estrategia de guerra, amenazas híbridas e inmigración irregular, afirmando que es un paso significativo para fortalecer el papel del Reino Unido en la planificación industrial y la financiación para el rearme en Europa.
El acuerdo incluye la relajación de controles sanitarios a productos británicos a cambio de alinearse con normativas comunitarias, así como la creación de un Esquema de Experiencia Juvenil para facilitar los intercambios laborales entre jóvenes británicos y europeos. Aunque algunos críticos británicos temen una traición a los principios del Brexit, Lammy asegura que los ciudadanos desean un gobierno que negocie para mejorar su economía y seguridad. Al no regresar al mercado único, Lammy intenta equilibrar el deseo de cooperación con la UE sin comprometer las promesas electorales respecto a la soberanía británica y la libertad de movimiento. Además, se estudian posibles acuerdos en defensa y el tema pendiente de Gibraltar, donde se busca proteger la soberanía mientras se trabaja junto a la Comisión Europea y España.
Leer noticia completa en El Pais.