El presidente más joven de América Latina ha enfrentado los desafíos de su mandato con una mezcla de éxitos y contratiempos. Desde que asumió el poder, ha implementado reformas que han modernizado varios sectores y favorecido un crecimiento económico notable en algunos aspectos. Sin embargo, su administración no ha estado exenta de críticas y dificultades, siendo la más significativa la reciente crisis energética. Esta situación ha generado un descontento palpable entre la población, debido a los prolongados cortes de luz que alcanzan hasta 12 horas diarias en el país andino, afectando tanto a la economía como a la calidad de vida de sus ciudadanos.
La crisis energética, considerada el punto más álgido de su administración, ha revelado fallas estructurales en el sistema de suministro eléctrico, así como una falta de previsión y planificación a largo plazo. Las protestas se han intensificado en varias ciudades, reflejando el malestar creciente entre los habitantes que deben enfrentar su rutina diaria en medio de la incertidumbre energética. Mientras tanto, el gobierno se encuentra bajo presión, intentando mitigar la situación con medidas emergentes sin conseguir hasta el momento una solución definitiva. Esta situación desafía la estabilidad de su administración y plantea interrogantes sobre su capacidad para gestionar crisis de esta magnitud en el futuro.
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