En una jornada marcada por la valentía y el compromiso con la afición, El salmantino enfrentó al ruedo con apenas 72 horas de recuperación tras una cornada, demostrando un temple admirable. A pesar de ser volteado y enfrentarse al toro más complicado de la tarde, su entrega y habilidad le otorgaron una oreja y una vuelta al ruedo, destacándose especialmente con el mejor toro del día. Su actuación fue un ejemplo de la dedicación y el coraje que caracteriza su carrera, ante una plaza que reconoció su esfuerzo.
Por otro lado, Manuel Escribano y David Galván también protagonizaron buenas actuaciones, aunque empañadas por un manejo desafortunado de los aceros. Ambos demostraron destreza y arte en sus respectivos encuentros, manteniendo en vilo al público y generando una atmósfera de expectativa en la arena. Sin embargo, la imprecisión en los momentos finales les impidió alcanzar el éxito completo, dejándoles con un sabor agridulce pese a su destacable labor frente a los astados.
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